“No es orgullo, es vergüenza, es miedo, es… tú diciéndome que me largue, que lo he perdido todo.”
“Es inevitable: no sentir placer, cuando sé que todo está perdido, que mis cartas no sirven y que no hay revancha.”
¿Qué será?
Serán tus ojos cuando se abren y me intimidan, o cuando tus labios susurran al paso y me da escalofríos o quizás, cuando tomas mis manos y las estrechas.
Será cuando te quedas en silencio, perdida entre abstractos pensamientos.
Podrá ser también, cuando hablas hasta por los codos y recuerdo que tienes, una leve bipolaridad que estresa hasta al más paciente de los virtuosos.
Quizás sea, ese toque mágico que le agregas con tu sonrisa a media luna, o esa margarita que por extraña razón se forma sólo en tu mejilla izquierda.
¡Pueden ser por tantas cosas!
Por lo mismo, he decidido dejarlo por la paz y entregarme, si, claro que sí, regalarme a tu cobijo y quedar a tu suerte. Pues he sido bendecido de forma poco ortodoxa, sin embargo, me he dado cuenta que ha valido la pena, cada gota que ha sudado mi cuerpo para alcanzarte.
Simplemente, en esta noche, te amo.
No tengo nada más que explicar...
“…que tú recuerdo descanse en paz, puesto que el mío, hará que te revuelques en tu tumba cada vez que mi mente me juegue mal y me eleve al pasado.”
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